La crianza del vino: guía completa
La crianza del vino: guía completa
Se dice que los buenos vinos mejoran con los años, pero, ¿te has preguntado alguna vez por qué? El secreto reside en la crianza del vino, que realza sus cualidades, enriqueciendo su sabor y aromas. A continuación, te contamos todo sobre este fascinante proceso y te explicamos los diferentes tipos de vinos que existen según su crianza.
¿Qué es la crianza del vino?
Básicamente, la crianza puede definirse como el proceso de maduración del vino, que implica importantes transformaciones en sus características organolépticas, ésta permite obtener vinos más redondos y complejos, con mayor carga tánica y mucho más ricos en matices.
Este proceso puede realizarse mediante diferentes métodos. Lo más habitual es combinar la crianza oxidativa en barricas o depósitos de madera con una crianza reductiva en botella, durante la que el vino madura en ausencia de oxígeno, lo que permite preservar al máximo sus propiedades.
También existen otros sistemas como la crianza de vino biológica, caracterizada por el “velo de flor” producido por acción de las levaduras vivas sobre la superficie del vino, la crianza sobre lías, típica de los vinos espumosos, o la crianza por criaderas y soleras, en la que se mezclan vinos de diferentes cosechas.
En cuanto a las barricas, la madera con la que están fabricadas, su tamaño o si se trata de barricas nuevas o usadas también influye sobre el resultado final. Las barricas más comunes para crianza de vino son las de roble americano o francés, aunque también puede utilizarse acacia o cerezo. El contacto con la madera hace aflorar los aromas terciarios, como las notas a cuero, que se combinan con los aromas primarios y secundarios para componer el bouquet del vino.
Tipos de vinos según su crianza
La clasificación de los vinos según el tiempo de crianza es un sistema exclusivo de los vinos españoles, que todo aficionado a esta bebida debería conocer. Para empezar, tenemos los vinos jóvenes o cosecheros, en los que no existe crianza en barrica o ésta se realiza por un tiempo muy breve, ya que están pensados para consumirse en el mismo año de su embotellado o a lo sumo, dos años después.
¿Qué es un vino Crianza? En el caso de los tintos, los vinos Crianza envejecen durante al menos 24 meses antes de comercializarse, con un mínimo de seis meses de crianza en barrica. En el caso de los blancos y rosados, la crianza del vino se reduce a 18 meses.
Por su parte, los vinos Reserva han pasado por una crianza en barrica mínima de 36 meses, al menos 12 de ellos en barrica en el caso de los vinos tintos y de 24 meses, con un mínimo de 6 meses en barrica, si hablamos de vinos tintos y rosados. Los vinos de crianza más larga son los vinos Gran Reserva, para los que el tiempo de guarda se extiende hasta los 60 meses, con una crianza en barrica de al menos 18 meses para los vinos tintos y de 48 meses, 6 de ellos en barrica, para los blancos y rosados.
Para terminar, es importante recordar que esta clasificación según la crianza del vino se refiere a su tiempo de guarda, pero no define su calidad. Si bien los vinos Reserva y Gran Reserva suelen ser los más valorados, dentro de cada categoría podrás encontrar vinos excelentes que merece la pena descubrir. ¿Te animas?
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