presa ibérica a la brasa

Receta de presa ibérica a la brasa

Receta de presa ibérica a la brasa

Las brasas dan ese toque especial ahumado que tan bien sienta a las carnes, y si las hacemos de manera correcta se puede dejar el exterior tostado y crujiente, mientras que la parte interior está jugosa y se nos deshace en la boca, por eso utilizamos la presa ibérica a la brasa.

Si estás pensando en invitar a la familia o a los amigos a cenar algo de carne, es posible que necesites algunas ideas. Junto con la clásica receta de solomillo, una de las más buscadas es la de la presa ibérica a la brasa, una delicia con la cual se pueden comparar pocas carnes en este momento, más si el animal ha tenido una buena alimentación. Vamos a explicarte cómo cocinarla para que quede perfecta y se convierta en la protagonista de una barbacoa inolvidable.

Comenzamos preparando las brasas

Tener unas buenas brasas es fundamental con el fin de que este plato quede perfecto, y aquí debemos trabajar un poco con el fin de tener una brasa bien hecha a la hora de asar la presa.

Con tiempo, al menos sesenta minutos antes, encendemos la lumbre con carbón o mejor con leña de encina, dejando que se queme con calma, aprovechando ese periodo para bebernos una cerveza o incluso comer unos entrantes.

Lo ideal es que la brasa no esté incandescente, sino que ya tenga una capa de cenizas para que suelte el calor muy poco a poco, ya que un error muy común es poner la presa sobre brasas encendidas.

Este fallo consigue que cuando la grasa cae se formen llamas que terminan carbonizando la carne en su parte exterior, dejándola cruda por completo en el interior.

¿Qué ingredientes necesitamos?

Para cuatro personas los ingredientes son tan sencillos como estos:

  • De 800 gramos a un kilo de presa ibérica
  • Sal gorda

Cómo se prepara este plato de presa ibérica a la brasa

Las recetas tan sencillas como estas son a la vez las más complejas, ya que dar un punto ideal a la carne es muy complicado y requiere de algo de experiencia.

De este modo, y con las ascuas ya casi apagadas, ponemos los trozos de presa sobre la parrilla, evitando que se quemen, y dándoles la vuelta enseguida, pues al tener tanta grasa infiltrada se hacen en unos minutos.

Es posible jugar con los tiempos con el fin de dar a la carne el punto óptimo, aunque aquí lo bueno es que cada persona puede poner su filete el tiempo que desee con la idea de que la carne salga más o menos hecha.

Tenemos la opción de cortar cada filete de presa con un cuchillo afilado, haciendo varios cortes que facilitarán su asado, aunque esto tiene detractores que dicen (y creemos que no les falta razón) que eso hace que la presa se seque, pues por ahí salen una buena parte de sus jugos.

Cuando ya está al punto que queremos sacamos la carne y le ponemos un poco de sal gorda, aunque aquí también hay personas que la echan antes y existe polémica sobre cuándo hay que colocar la sal en la pieza.

Podemos hacer lo que queramos, ya que la presa va a estar buena de todas las formas, y a la vez que la sal se le suele echar un poco de pimienta negra recién molida por encima.

Acompañamos la presa con una guarnición de verduras

Aunque nadie se va a quejar si servimos la presa sola, lo cierto es que una guarnición de verduras le va muy bien, para la cual necesitamos lo siguiente:

  • 2 pimientos, uno verde y uno rojo
  • 1 cebolla
  • Un poco de sal
  • Aceite de oliva

La preparación no puede ser más simple, ya que primero lavamos los pimientos y les quitamos las semillas, para a continuación cortarlos en juliana, tras lo cual pelamos la cebolla y hacemos lo mismo.

Luego ponemos a calentar un wok o una sartén grande, le añadimos un poco de aceite (sin pasarnos) y lo salteamos todo durante unos minutos hasta que las verduras queden a nuestro gusto.

Suelen estar mejor un poco “al dente”, o dicho de otra manera algo crudas, a lo que nos va a ayudar ponerles la sal al terminar con el fin de que no suelten y se pongan blandas, aunque, como hemos dicho, esto es al gusto.

Esta guarnición tan sana y sencilla, la podemos poner en el plato junto a la presa, o mejor hacer una especie de cama con ella y colocarla encima, lo que mejorará mucho la presentación del plato.

Del mismo modo, es posible usar las brasas para asar unas verduras a la vez que la presa, y aquí podemos poner pimientos, cebollas, calabacines, berenjenas o cualquiera que tengamos en casa y sea de temporada.

El sabor que le da la brasa a estas verduras hace que le gusten hasta a los que no se las comen hechas de otra manera, y combinará muy bien con la presa, convirtiendo a nuestro plato en una comida muy completa y saludable al incluir la verdura y la proteína.

De hecho, puede ser una elaboración apta si hay personas con diabetes o celíacas e incluso para las que están perdiendo peso si dejan a un lado el pan.

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