Restaurante Catacaldos en Albacete
Restaurante Catacaldos en Albacete
Hacía ya bastante tiempo que pensábamos probar este Restaurante de Albacete y no fue hasta el fin de semana pasado cuando nos decidimos a ir a este Catacaldos.
Varias personas nos dijeron que este sitio estaba muy bien y viendo la carta en su página web la verdad que prometía bastante, por eso nos animamos.
La verdad que ya teníamos pensado desde hace tiempo ir, pero no sabíamos cuando, fue algo inesperado y como tal llamé para reservar unos días antes.
Tuvimos suerte ya que conseguí reservar mesa y para allá que nos fuimos el día indicado.
Al entrar al restaurante te da la sensación de encontrarte en un restaurante de hace años, por el mobiliario básicamente, las mesas, sillas y taburetes me recuerdan a los que había en los mesones de toda la vida.R
Rápidamente nos preguntan el nombre de la reserva y nos dan mesa.
El trato desde el primer momento fue muy bueno y servicial, no teníamos claro que pedir pero el camarero nos guió a la perfección.
Con la primera bebida y mientras esperas a que empiece el desfile de platos te sirven unas tostaditas de pan con tomate y alioli, me gusta.
La Carta del Catacaldos
La carta del Catacaldos es bastante variada, con toques de cocina tradicional, pero con una vuelta de hoja, pasando por la cocina oriental.
Aperitivos, entrantes, ensaladas, arroces, carnes y pescados, además por supuesto de postres caseros de calidad.
Tienen menú del día por 12,90 euros, aunque nosotros pedimos carta.
Una rápida mirada a la carta nos bastó para sacar una buena cantidad de platos con los que esperábamos regocijarnos este día.
Que comer en el Restaurante Catacaldos
Lo primero que nos llamó la atención fué el Tataki de atún rojo, pero al comentarlo al camarero, diciéndole también que alomejor nos pedíamos una ensalada nos recomendó que elijieramos el poke hawaiano (14,50 euros).
Y vaya que acertó, nos dijo que el poke tenía casi la misma cantidad de atún y que en la ensalada nos saldría mejor y le hicimos caso.
El poke no estaba bueno, estaba mejor, el atún en su punto, jugoso, tierno, espectacular, con un punto de picante, las algas wakame, indispensables en una ensalada de este tipo, algo de cebolla, aguacate y arroz.
Da la frescura de una ensalada de verano por el arroz, pero está tremendamente mejor.
Y para terminar, la riegan con una salsa de vinagreta de soja que realza el sabor.
Después llegó el turno del saquito (5,50 euros).
Si, antes un poco de asiático, ahora un poquito de mexicano, vamos poco a poco saciando nuestras necesidades más primitivas y dando rienda suelta a nuestras papilas gustativas con los platos más representativos de las cocinas que más nos gustan.
Una de las cosas que más nos gustaron de este Restaurante fue precisamente eso, la variedad de cocinas dentro de un mismo sitio.
El saquito de pollo también tiene un toque picante, como de jalapeño, nada exagerado, con nata, salsa de tomate, pollo deshilachado y con mozzarella, plato correcto.
Nos vamos otra vez a la comida asiática con una Gyozas de cerdo (7,50 euros).
Las Gyozas si que nos parecieron las típicas de cualquier sitio, ojo, eso no quiere decir que estuvieran malas, en absoluto, porque estaban muy buenas, pero nos esperábamos algo diferente.
Las sirven en una cama de algas, las de la ensalada y con una salsa de piña, chile y teriyaki.
El último plato y el que se suponía plato fuerte fue un poco «chofff»
Un entrecot de ternera (17 euros).
Acompañado de patatas a los pobre y pisto.
El entrecot no estaba malo, pero no fue lo mejor ni mucho menos de la comida, quizás fuera por la salsa (1,50 euros), una salsa demasiado líquida, con poco sabor, se parecía a una salsa mojo picón cuando no debería.
Aunque no es lo normal, en esta ocasión pedimos un postre para compartir, un combinado de trufas ( 5 euros).
A cual mejor, estaban muy buenas, una con naranja, otra con sal, otra con avellana y otra «a pelo».
Lo dicho, muy buenas.
Terminamos con unos carajillos de ron quemados (2,50 euros), perfectamente ejecutados.
Fin de fiesta en el Catacaldos de Albacete
Todo lo que os he contado junto con 2 cañas (1,50 euros), el pan (0,90) y un vino tinto Maravides (12,50 euros) nos costó 73,30 euros.
La carta de vinos del Catacaldos también es bastante amplia y variada en cuanto a denominaciones de origen y calidades.
A nosotros nos gustó esta comida y nos quedamos con las ganas de pedir y probar varios platos más, así que no sería de extrañar que volvamos pronto.
Si estás por la zona y no has podido o no has querido entrar al Restaurante Catacaldos puedes probar en el Mesón el Sol.
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